La Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia. Un hito. Una iniciativa del Movimiento Humanista. En el año semilla autoexistente. En la luna rítmica de la organización del cuarto año de la profecía. Año en que germina y florece lo sembrado.
La multitud pide Paz. En el debate mundial y nacional, en los medios de comunicación, en las familias, en los barrios, en las juntas de vecinos y en nuestra conciencia vamos a perseverar en la ciencia de la paz. Ha llegado el tiempo de volcarnos sobre lo esencial.
El círculo espontáneo. El círculo que indica que todos somos iguales, que es tiempo de reconocernos como una sola familia en este planeta circular y redondo. Los hopis señalan que en el tiempo de la cruz, llegará el tiempo en que recordaremos lo importante de los círculos y aprenderemos de la técnica del consejo de visiones y de la pipa de la paz, para honrar acuerdos con los cuales construir consensos amables y sabios.
La flecha humana. Conectamos con nuestro corazón. Apuntamos al este. Hacia el amanecer. Honramos con disciplina y sabiduría la llegada de la era de paz. Esta era que comienza ahora y es para siempre. Nos reconocemos en la Nación del arcoiris y como pueblo de paz. Somos la Nación Humana Universal. ¡Jallalla Pachacutik!
Y es tiempo de celebrar... tukutuuuuuuuuuuuuuui!!!!!!!!!!!!!!! con el trencito chikichi chikichi
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